Lo justo hasta encontrarlos
Colombia debe reconocer la lucha de las mujeres y familias buscadoras de desaparecidos por hacer visible lo que se ha querido invisibilizar, por permitirnos avanzar, por su persistencia en las múltiples formas de visibilización de este drama nacional.
¿Por qué en el transcurso de tantos años de conflicto y el progreso de tantas herramientas jurídicas y técnicas, en Colombia no existe una cifra oficial y validada de los casos de desaparición? La razón de que no tengamos una dimensión clara de la cifra, que puede superar la cantidad de casos de desaparición forzada resultantes de las dictaduras del Cono Sur, ¿responde a una ineficiencia prolongada de las instituciones gubernamentales o a un interés por no visibilizar la dimensión de este drama nacional?
La labor de los familiares con sus estrategias jurídicas, políticas y artísticas han logrado que hoy hablemos de desaparición forzada y que se haya prevenido casos de desaparición. Su labor de denuncia y visibilización ha sido una estrategia de prevención. Han exigido y logrado la constitución de un marco normativo y una institucionalidad de búsqueda, han documentado los casos de sus familiares y de otros, así como cada información que encuentran, lo que ha significado un aporte para el esclarecimiento de la verdad en Colombia.
La persistencia de los familiares en la presentación de proyectos de ley, en la exigibilidad de búsqueda eficiente y el trabajo internacional, ha logrado que Colombia tenga la institucionalidad actual para la búsqueda y prevención de desapariciones. La persistencia de las familiares de víctimas ha transformado funcionarios e incluso instituciones, desde su esfuerzo diario y desde sus acciones de exigibilidad.
Los familiares han mostrado a lo largo de todos estos años una dignidad asombrosa a pesar de las adversidades y de todo lo que tiene que sufrir incluso en condiciones de extrema inseguridad constante. Son las víctimas indirectas las que han ido transformando las instituciones, pero también han ido transformando el imaginario social.
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En los ejercicios de escucha realizados en Antioquia y el Eje Cafetero, hemos escuchado a mujeres y familiares víctimas de desaparición forzada en distintos territorios. En lugares como Argelia, Sonsón, Nariño, Medellín, Chigorodó, Turbo, San Pedro de Urabá, Samaná, Pensilvania, Norcasia, La Dorada y Marsella, es persistente la modalidad de la desaparición.
Esta es la cuarta entrega de un especial de siete entregas en el que explicamos qué reconoce la Comisión de la Verdad en las buscadoras y cómo vamos en Antioquia con el proceso de esclarecimiento de la verdad de la desaparición forzada.
Especial: Reconocemos la búsqueda de más de 100.000 desaparecidos en Colombia
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