Acoso, violencia, temor y silencio
La violencia sexual se utilizó como un arma de guerra durante el conflicto, las mujeres fueron sus principales víctimas, pero no las únicas. Los cuerpos fueron maltratados, violados y entregados por miedo, para proteger sus vidas y las de sus familias.
“Es verdad que sí, es verdad porque eso se vivió en carne propia, eso es real”, “nos dejaron muchas secuelas, en nuestro cuerpo y en nuestra vida”, dicen algunas de las mujeres que durante y a causa del conflicto fueron víctimas de violencia sexual.
La violencia sexual en el conflicto armado fue un arma de guerra y está asociada al silencio, al miedo de recibir peores violencias, a la dominación de los hombres sobre el territorio y su gente. En el nororiente de Colombia, esa crudeza pareciera enterrarse o normalizarse amparada en costumbres machistas.
“Tantas cosas que pasaron en el conflicto. Muchas estamos callando muchas cosas, no contamos por miedo, mucho temor a (sic) hasta la misma muerte, otros porque tenemos familias en nuestros territorios, en nuestra zona en donde salimos afectadas y nos da miedo que arremetan contra esas familias, los padres, los hermanos e hijos”, dice Jazmín que hace más de 25 años salió de su territorio tras años de violencia.
Otra mujer se y dice: “Hablo con usted porque siento que me ahogo, ni mi marido sabe lo que me pasó”, y a ella se unen un par más que repiten: “Mi familia tampoco sabe”, “mis abuelos murieron sin saber que lo aguanté por ellos”, “mi hijo mayor se enteró por accidente”. “Yo tenía 12 años cuando empezó”, “lo mío fue a los 13, a los 16, a los 23 y a los 30”, “yo también tenía 12 años, pero mi hermana tenía 10 y tuve que verlo”. Son las FARC, el ELN, los paramilitares, los militares y empresarios los que son señalados como responsables por las comunidades.
“El personero llegaba a las casas, tomaba a las niñas y se las entregaba a los paramilitares”. El miedo de las mujeres en algunas poblaciones de Arauca llegó a provocar que algunas evitaran caminar delante de los militares, por miedo a ser señaladas y asesinadas por grupos armados ilegales. “Las mujeres quedaron viudas, intimidadas, desplazadas y con miedo a que se le llevara sus hijos e hijas”, explican los ponentes en Arauca.
“La gente cree que en Santander nada pasó. Aquí pasó mucho, muchísimo. Nadie lo habla, nadie lo cuenta, no hay que salir de Bucaramanga porque aquí también pasó”.
Las conmemoraciones en Nororiente
En Arauca, Santander y Norte de Santander las mujeres se reunieron en actividades de conmemoración del día de la dignidad de las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto el pasado 25 de mayo; los encuentros no fueron un solo día, en la región se estuvieron reuniendo las mujeres toda la semana. “Es importante contar la verdad porque Colombia y el mundo entero se den cuenta que sí hubieron hechos victimizantes contra nosotras las mujeres”, expresa Sindy, una lideresa de las mujeres víctimas en Norte de Santander.
Los equipos de la Comisión conversaron con las organizaciones sociales, con entidades responsables y otros actores, para generar las rutas de trabajo que permitan que las mujeres y hombres víctimas de violencia sexual aporten al esclarecimiento de la verdad.
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