Autores
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Relatos del porvenir: reconocer los árboles, los caminos y pobladores como sujetos de dolor.
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Desde el litoral, caminando por los territorios en la búsqueda de la verdad del conflicto.
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Una Maleta colombiana, la experiencia del exilio colombiano y la Comisión de la Verdad.
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Los Diálogos para la No Repetición son espacios de participación y discusión social.
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En borrador: intuiciones, experiencias, llanto, canciones, reflexiones, certezas y todo aquello que sea parte de esta transición histórica.
Lo que nos cambia la escucha
“Yo aprendí nuevas maneras de darme cuenta de que se puede recorrer, en un ratito, la distancia entre lo que se es, a lo que no se sabe que se es. En eso estamos”.
La escucha es un método universal de cambio. El yo que se deja en el otro. Pensándolo bien, todas las formas de imposición se dan evitando escuchar, desde los gulags para la disidencia a la Doctrina de la Seguridad Nacional, todas las formas de dictadura se basan en sesgar la escucha.
Como método de cambio, el psicoanálisis y otras muchas terapias se basan en la escucha, porque es un espacio social compartido, aunque sea de dos en dos o en reunión. En la guerra, donde la escucha está suprimida por definición, no solo se oye el ruido de las balas, también el silencio impuesto o elegido en condiciones extremas para sobrevivir. La guerra que es un hecho social y político, no deja que haya espacios sociales de reconstrucción. A veces, ni siquiera en la familia o con los amigos.
Desde los griegos el derecho de ciudadanía era el derecho a la palabra en la asamblea, en la política, y la supresión de ese derecho no te quitaba la palabra en realidad, sino la escucha. En las comunidades indígenas, el palabrero es en realidad alguien que escucha. Vivimos en tiempos en que la sobredosis de palabras está acabando con el tiempo y los espacios para la escucha. De escucharse a sí mismo, cada uno aprende a conocer esa diferencia entre lo que se es y lo que no se sabe que se es. De escuchar al otro, a la otra, aprendemos de otra manera, no hincando los codos sino abriendo la mente.
Una Comisión de la Verdad es un gran ejercicio de escucha. Hemos escuchado en Colombia las historias de más de 12.000 personas, hasta ahora, en testimonios y reuniones más de 1.000 en el exilio. Las escuchamos cuando tomamos testimonio. Cuando alguien transcribe y codifica. Cuando alguien lee y analiza. Una cadena de escucha, como una carrera de relevos en las que se pasa ese palito que se llama por algo testigo. Hacer un informe, es también dejar que otros escuchen ese proceso del que formamos parte.
Tomando el testimonio de una víctima de secuestro, que había pasado semanas deshojando la margarita de si quería o no quería hablar, volvimos juntos al escenario de la pesadilla. Como dice mi amigo ruandés Tyte Mugreyfa, nosotros no somos víctimas, pero cuando tomamos un testimonio tenemos que estar dispuestos a hacer parte de ese camino. Cuando te adentras en historias de dolor y resistencia, biografías con duros golpes de la vida, acampas un rato ahí y otro allá, bebes agua en un riachuelo, te quitas el sudor del sol con la mano, guiado por quien lo ha vivido. Cuando terminamos esta entrevista, en ese tiempo de volver aquí y ahora, el aquí y ahora de hace un rato han desaparecido. Hay veces que necesitas días para volver de ese viaje. Mi guía esta mañana, la persona que podría decir como mi amigo Eduardo que decía que Neruda le había robado el título de su libro ‘Confieso que lo he vivido’, y con quien nos tocó hablar por internet, dice al terminar que ahora entiende por qué esto es importante.
En estos días de pandemia del virus 19, pasamos a nuevas fases de apertura. Los medios hablan de la nueva normalidad. Cuando se viven hechos traumáticos que rompe el sentido de continuidad de la vida, no hay normalidad a la que volver, porque se cuestiona lo que significa. La normalidad debe estar a estas alturas aturdida de que tanta gente vaya a la biblioteca de las palabras a buscarla, y a cada uno le tenga que contar una historia. A ese hombre entrañable con el que hablé, a quien escuché, después del testimonio se le quitaron las dudas de que la palabra es un camino para la paz. Yo aprendí nuevas maneras de darme cuenta de que se puede recorrer, en un ratito, la distancia entre lo que se es, a lo que no se sabe que se es. En eso estamos.
Sobre el blog...
Este blog recoge experiencias del exilio colombiano, y de todos sus nombres, refugio, asilo, víctimas en el exterior, desplazamiento transfronterizo. Todo ello habla del trabajo de la Comisión de la Verdad, en esa Colombia fuera de Colombia. Ese otro país, inexistente en este otro dentro de las fronteras.
Las víctimas que tuvieron que huir. Los defensores de derechos humanos perseguidos. Los secuestrados que se fueron después de ser liberados. Los militantes políticos que huyeron detrás de las balas. Las mujeres campesinas que salieron con sus familias. Los líderes cuya vida corría peligro. Las amenazas para la vida que unen tantas diferencias de periodos históricos, responsables y afectados, incluyendo familias y comunidades.
De todas esas víctimas, sobrevivientes, historias y escuchas de las que somos testigos, habla este blog. Y ojalá dialogue con quienes lo lean.
Carlos Martín Beristain
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