Autores
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Relatos del porvenir: reconocer los árboles, los caminos y pobladores como sujetos de dolor.
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Desde el litoral, caminando por los territorios en la búsqueda de la verdad del conflicto.
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Una Maleta colombiana, la experiencia del exilio colombiano y la Comisión de la Verdad.
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Los Diálogos para la No Repetición son espacios de participación y discusión social.
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En borrador: intuiciones, experiencias, llanto, canciones, reflexiones, certezas y todo aquello que sea parte de esta transición histórica.
De eso nunca se habla
“Una verdad compartida no es tal vez el primero, sino el paso más maduro de eso que llamamos paz”.
Eso es como otro pacto de silencio. No uno con el que se atrincheran los responsables, que oculta los hechos o los distorsiona para que no haya justicia, sino el otro, el que trata de proteger, el que sabe que eso duele tanto, de parte y parte, que no se sabe para qué pueda servir la palabra, ni cómo hablarlo. Como el diálogo en la película de Montxo Armendariz, en ‘El silencio roto’:
–¿Para qué tocar las heridas?
Alguien le responde: –Para qué va a ser, para curarlas.
Y la mujer añade: –¿Pero quién se atreve?
El refugio en París no es dorado como se dice. Cuando cruzaban juntos el río Sena, en uno de esos barcos para turistas en los que trataban de confundirse con lo que no eran los pocos días de paseo que acompañan el exilio, pasaban por el monumento a los deportados de la II Guerra Mundial. Allí, detrás de la catedral de Nôtre Dame, puedes sentir el aislamiento de los judíos deportados a campos de concentración, y ver por una rendija el cielo que nunca volvieron a tocar. Ese lugar le recordaba a la cárcel que había sufrido, eso de lo que nunca se habla. Ese era un caso de secuestro. Le gustaba a pesar de su significado, o gracias a él, porque era un lugar en que se reconocía, que le conectaba con ese silencio:0” Ese era el único lugar en el que hablaba de la tortura”.
Ese reconocimiento en el lugar de una historia de la que formas parte. Tal vez un monumento a los deportados de una guerra puede convocar un reconocimiento de las víctimas de otra. Y en este diálogo, se pueda romper el silencio de parte y parte. Porque sin reconocimiento no hay elaboración conjunta. Una verdad compartida no es tal vez el primero, sino el paso más maduro de eso que llamamos paz.
Sobre el blog...
Este blog recoge experiencias del exilio colombiano, y de todos sus nombres, refugio, asilo, víctimas en el exterior, desplazamiento transfronterizo. Todo ello habla del trabajo de la Comisión de la Verdad, en esa Colombia fuera de Colombia. Ese otro país, inexistente en este otro dentro de las fronteras.
Las víctimas que tuvieron que huir. Los defensores de derechos humanos perseguidos. Los secuestrados que se fueron después de ser liberados. Los militantes políticos que huyeron detrás de las balas. Las mujeres campesinas que salieron con sus familias. Los líderes cuya vida corría peligro. Las amenazas para la vida que unen tantas diferencias de periodos históricos, responsables y afectados, incluyendo familias y comunidades.
De todas esas víctimas, sobrevivientes, historias y escuchas de las que somos testigos, habla este blog. Y ojalá dialogue con quienes lo lean.
Carlos Martín Beristain
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