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Relatos del porvenir: reconocer los árboles, los caminos y pobladores como sujetos de dolor.
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Desde el litoral, caminando por los territorios en la búsqueda de la verdad del conflicto.
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Una Maleta colombiana, la experiencia del exilio colombiano y la Comisión de la Verdad.
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Los Diálogos para la No Repetición son espacios de participación y discusión social.
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En borrador: intuiciones, experiencias, llanto, canciones, reflexiones, certezas y todo aquello que sea parte de esta transición histórica.
Diez exilios y un estigma
La mayor parte de la gente en el exilio que hemos entrevistado y que he conocido, pensaron en salir unos meses, pero tuvieron que quedarse. Los diez exilios de Óscar son de antes de 1991.
Óscar tuvo diez exilios. Las Alemanias de antes de la caída del muro de Berlín, el Uruguay y Ecuador la mayor parte de las veces, fueron sus refugios durante trayectos de meses. Si juntas todo eso, da muchos años, miedos, esperanzas, frustraciones y nuevos intentos. Pero el exilio no puede contarse solo en meses o años de calendario, esos son iguales para todos, sino en ese tiempo profundo de la duración de las cosas de la vida, que no se mide, se siente.
La mayor parte de la gente en el exilio que hemos entrevistado y que he conocido, pensaron en salir unos meses, pero tuvieron que quedarse. Los diez exilios de Óscar son de antes de 1991. Cuando otros empezaban, él ya había explorado todas las posibilidades de estar a punto de morir y florecer de nuevo. Cuando mataron a Bernardo Jaramillo en 1990, le tocó ser presidente de la Unión Patriótica (UP). Antes de eso, lo detuvieron varias veces. Sufrió tortura acusado de ser del M-19. Fue detenido en un consejo de guerra, que llamaron del siglo, contra el ELN, cuando él ejercía de abogado de los acusados. Cuando lo llevaron ante el juez penal militar, el juez recibió una llamada de teléfono, así delante suyo, que le ordenaba que lo mandara de nuevo a la cárcel. Pero el juez eligió no seguir las órdenes, no ser parte de eso, y le dijo: “Váyase”. Ese fue uno de los diez exilios, todos de urgencia. Y se acuerda del juez, quien después de eso perdió su puesto.
Varias veces Óscar llegó con su escolta a Ipiales, Nariño, en la frontera con Ecuador, y el escolta dejaba su arma y lo acompañaba a tomar el bus en Tulcán, ya del otro lado, a cualquiera de las ciudades que lo refugiaron. En octubre de 1987, poco antes del asesinato de Pardo Leal candidato a la presidencia del país por la UP, se vieron en una manifestación en Bogotá, así en la esquina de la Carrera Séptima con la Calle 26. Cuando lo cuenta, pienso no solo en la precisión de la memoria flash, esos destellos que nos acompañan toda la vida, sino en cuantos lugares deberían tener una inscripción en el cemento que diga lo que han vivido. Una ciudad que hable contra la guerra. Cuando estaba en la manifestación, un señor se le acercó y le regaló un limón. Entonces se dio cuenta de que eso era un señalamiento, y que ahora lo habían identificado. Una hora después, un agente de la policía sacó una mini UZI para dispararle, pero ya los compañeros estaban alertados, y en medio de la bulla, salió corriendo a refugiarse a una estación de policía. Esa vez se exilió en Uruguay, viajando en autobús desde Ecuador hasta Buenos Aires, Argentina, es decir, 5.740 kilómetros, uno a uno. Pero hasta ahí le llegó la amenaza, y tuvo que reexiliarse en Montevideo, Uruguay. Cuando regresó, también volvieron las amenazas. Logró una entrevista con el entonces presidente de Colombia que, en lugar de ofrecerle ayuda, le pidió consejo. De ahí salió pensando en el sinremedio.
Óscar está hecho de otra pasta, de otro tiempo. En estos tiempos del yoísmo, donde la autorreferencia están tan extendida, él tiene una cabeza bien puesta. Cuando le pregunto por qué toda esa persecución, no le da muchas vueltas, lo tiene claro, con precisión matemática: “El común denominador de todos esos hechos, es el anticomunismo”.
Las matemáticas aplicadas a la historia del conflicto ayudan a ver eso que llamamos “patrones” que muestran regularidades en la violencia y contribuyen a explicarla. El anticomunismo llegó a Colombia antes que en Partido Comunista. Ya está en una sentencia de la Corte Suprema sobre la masacre que se llama de Las Bananeras, donde en 1928, trabajadores de la United Fruit Company fueron masacrados en una huelga. El embajador de Estados Unidos en un cable a su gobierno, dijo que fueron más de 1.000 los muertos. El Partido Comunista se fundó en Colombia en 1930.
Sobre el blog...
Este blog recoge experiencias del exilio colombiano, y de todos sus nombres, refugio, asilo, víctimas en el exterior, desplazamiento transfronterizo. Todo ello habla del trabajo de la Comisión de la Verdad, en esa Colombia fuera de Colombia. Ese otro país, inexistente en este otro dentro de las fronteras.
Las víctimas que tuvieron que huir. Los defensores de derechos humanos perseguidos. Los secuestrados que se fueron después de ser liberados. Los militantes políticos que huyeron detrás de las balas. Las mujeres campesinas que salieron con sus familias. Los líderes cuya vida corría peligro. Las amenazas para la vida que unen tantas diferencias de periodos históricos, responsables y afectados, incluyendo familias y comunidades.
De todas esas víctimas, sobrevivientes, historias y escuchas de las que somos testigos, habla este blog. Y ojalá dialogue con quienes lo lean.
Carlos Martín Beristain
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