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Relatos del porvenir: reconocer los árboles, los caminos y pobladores como sujetos de dolor.
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Desde el litoral, caminando por los territorios en la búsqueda de la verdad del conflicto.
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Una Maleta colombiana, la experiencia del exilio colombiano y la Comisión de la Verdad.
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Los Diálogos para la No Repetición son espacios de participación y discusión social.
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En borrador: intuiciones, experiencias, llanto, canciones, reflexiones, certezas y todo aquello que sea parte de esta transición histórica.
Nombrar lo intolerable
El solo hecho de darle nombre a lo intolerable constituye en sí mismo una esperanza.
Ella repite esta mañana que le duele mucho escuchar a las demás, aunque ella no lo ha vivido: “Yo no soy víctima, pero me duele el alma escucharlas”.
Antes de salir de Colombia, no tenía dinero casi para vivir, menos para estudiar, pero decidió no tomárselo en serio y en todo lo que era gratis ella se metía a estudiar. Jardinería o contabilidad, qué más da cuando el interés es crecer hacia todos los lados. Así, no sabe cómo, un día resultó en un Diplomado de Derecho Internacional Humanitario. Ahí no solo estudió, sino que se empapó. Después, salió de Colombia con una mano amiga que diosito le mandó, y que la invitó a tener otra vida.
Con el cuerpo empapado todavía, está aquí. La Comisión de la Verdad no puede centrarse en esclarecer los casos de migrantes por otras causas no ligadas al conflicto armado, aunque las violaciones de derechos económicos y sociales están en la base de muchas de ellas. Sin embargo, la reconstrucción del tejido social pasa también por esta sensibilidad, porque la convivencia no es solo con las víctimas o responsables, también es con esa otra parte de la sociedad que somos todos.
Cuando estoy con ella, recuerdo las reuniones con los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, México. En muchas de ellas escuchamos a los familiares decir a los funcionarios y autoridades: “Pónganse en nuestro lugar, piensen que es un hijo suyo”. Sin esa empatía no se va a movilizar la energía para transformar la situación, buscar a los desaparecidos y para transformar el presente de violencia en Colombia, que algunos se empeñan en que no sea distinto. También hoy en México, cuando se cumplen cinco años de esa herida abierta de Ayotzinapa, la empatía nos sigue convocando a acompañar a los familiares y a demostrar que la impunidad no es el futuro. Como señala John Berger, para mucha gente el solo hecho de darle nombre a lo intolerable constituye en sí mismo una esperanza, ya que cuando se dice que algo es intolerable, resulta inevitable la acción. Y eso es intolerable, también cinco años después.
Sobre el blog...
Este blog recoge experiencias del exilio colombiano, y de todos sus nombres, refugio, asilo, víctimas en el exterior, desplazamiento transfronterizo. Todo ello habla del trabajo de la Comisión de la Verdad, en esa Colombia fuera de Colombia. Ese otro país, inexistente en este otro dentro de las fronteras.
Las víctimas que tuvieron que huir. Los defensores de derechos humanos perseguidos. Los secuestrados que se fueron después de ser liberados. Los militantes políticos que huyeron detrás de las balas. Las mujeres campesinas que salieron con sus familias. Los líderes cuya vida corría peligro. Las amenazas para la vida que unen tantas diferencias de periodos históricos, responsables y afectados, incluyendo familias y comunidades.
De todas esas víctimas, sobrevivientes, historias y escuchas de las que somos testigos, habla este blog. Y ojalá dialogue con quienes lo lean.
Carlos Martín Beristain
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