Autores
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Relatos del porvenir: reconocer los árboles, los caminos y pobladores como sujetos de dolor.
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Desde el litoral, caminando por los territorios en la búsqueda de la verdad del conflicto.
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Una Maleta colombiana, la experiencia del exilio colombiano y la Comisión de la Verdad.
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Los Diálogos para la No Repetición son espacios de participación y discusión social.
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En borrador: intuiciones, experiencias, llanto, canciones, reflexiones, certezas y todo aquello que sea parte de esta transición histórica.
‘El Flecha’ y las lecciones de vida
La desgracia del exilio tiene también su metáfora en el rebuscador derrotado, que sabe que no hay otra victoria que la persistencia en la lucha.
“Mi abuelo, que era un campesino que no había ido a la escuela, me enseñó tres cosas en medio de las dificultades que acumulaba en sus muchos años, a ponerme metas y ser persistente, y sabía de lo que hablaba”.
También le enseñó otra, que tantas veces comparten estas segundas generaciones que han crecido en otro país, en su propia identidad entre el aquí y el allá: no tener miedo a ser diferente. Hay lecciones así, en cápsulas para la vida. Cuatro o cinco palabras, cuya profundidad tiene el latido de las raíces que son capaces de hacerse uno con la tierra y, de ese intercambio, impulsar la savia hasta lo más alto.
El exilio es un indicador de la guerra. Tal vez el menos visible en los países que expulsan, pero que se deja ver en historias y estadísticas, en mares, calles, trochas y oficinas de atención de otros mundos. El encuentro entre exilios que se han dado entre la gente de Colombia y otros países, está habitado de historias de entenderse y de ayudarse. Hay refugiados colombianos que trabajan en la acogida de refugiados de Siria o Afganistán, porque saben lo que se vive, porque han transitado por esa dura senda en la que no te creen y donde no tienes lugar. También antes estos refugiados colombianos recibieron el abrazo de refugiados salvadoreños que han sido su ejemplo. Hay refugiadas colombianas que se juntaron con bosnias o kosovares en el mismo centro de acogida, compartiendo el plato y la esperanza. Los lazos entre la gente exiliada de diferentes mundos, dictaduras o guerras también llevaron a estar con las mujeres uruguayas o argentinas exiliadas en Suecia o Bélgica, que le ayudaron a Diana a expandirse como persona, porque andaba arrugada. Para otra sobreviviente que hoy nos abraza en medio de este encuentro en esta pandemia de distancia social, estar con otras sobrevivientes en el exilio del cono sur, le hizo ver una identidad compartida. El encuentro humaniza lo que ha sido duro.
Hernando se juntaba con otros amigos en el exilio, compañeros de destierro en París. En lugar de lamerse las heridas, también aceptaban la injusticia sufrida como punto de partida. Alfredo Molano peleaba con las calles de Barcelona en su exilio, cuando Carlos Castaño, el jefe paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), había decretado su muerte. El decreto se quedó en Colombia y él se fue al exilio. Y anduvo peleando con la ciudad, hasta que se dio cuenta que Barcelona no le había hecho nada. Cuando los exiliados en Paris hablaban de sí mismos, convocaban la historia de ‘El Flecha’, boxeador que salió huyendo para seguir con vida, contada en un casete-teatro en 1975, que salió corriendo en su último combate y que ellos convocan para hablar de su derrota. Hay una sabiduría popular en el contar historias de fracasos que se convierten en melodías de la vida. Los boleros son una muestra de ello. La desgracia del exilio tiene también su metáfora en el rebuscador derrotado, que sabe que no hay otra victoria que la persistencia en la lucha. Una lección para añadir a las del abuelo de José.
Sobre el blog...
Este blog recoge experiencias del exilio colombiano, y de todos sus nombres, refugio, asilo, víctimas en el exterior, desplazamiento transfronterizo. Todo ello habla del trabajo de la Comisión de la Verdad, en esa Colombia fuera de Colombia. Ese otro país, inexistente en este otro dentro de las fronteras.
Las víctimas que tuvieron que huir. Los defensores de derechos humanos perseguidos. Los secuestrados que se fueron después de ser liberados. Los militantes políticos que huyeron detrás de las balas. Las mujeres campesinas que salieron con sus familias. Los líderes cuya vida corría peligro. Las amenazas para la vida que unen tantas diferencias de periodos históricos, responsables y afectados, incluyendo familias y comunidades.
De todas esas víctimas, sobrevivientes, historias y escuchas de las que somos testigos, habla este blog. Y ojalá dialogue con quienes lo lean.
Carlos Martín Beristain
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